¿Debería pagar el Estado las enfermedades autoinducidas?

Ayer, martes 22 de octubre, tuvo lugar en el salón de actos del Colegio Mayor Belagua el segundo debate de actualidad cultural y científica promovido por alumnos, bajo el título: ‘¿Debería el Estado pagar las enfermedades autoinducidas?’.
Los ponentes fueron Alfredo Martínez, Director General de Salud Mental del Servicio Navarro de Salud yJuan Cabasés, Catedrático de Economía de la Salud de la Universidad Pública de Navarra. Moderó la discusión Ángel Ruiz de Apodaca, profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Navarra.
DSC_0774
En su primer turno de intervención, Alfredo Martínez quiso aclarar que entiende y comparte la preocupación por el sistema de salud y los esfuerzos de imaginación y riesgo que los economistas realizan para mantener su sostenibilidad. Sin embargo, quiso dejar claro que “si eliminamos las enfermedades autoinducidas de las prestaciones que ofrece el sistema, el 50% de los pacientes desaparecerán de los hospitales públicos.”Refiriéndose a los médicos, recordó que no es tan fácil discernir, que ellos saben que “cada persona es distinta en cuanto a su enfermedad; si alguien no deja de fumar, quizá no es porque no quiera, sino porque sufre adicciones y problemas fisiológicos que no puede controlar”.

Por su parte, Cabasés contrarrestó la presentación de Martínez afirmando que “así como aseguramos nuestros coches y motos ante posibles accidentes, debemos asegurar nuestra salud ante riesgos auto creados. La sociedad hoy es blanda y hace trasplantes de pulmón a fumadores empedernidos, y eso no es viable hoy en día”.

Su oponente cambió de tercio en su primer turno de réplica, abogando por la igualdad y agregando que “incluso al ‘pecador’ debemos darle oportunidad de redimirseQuizá si no seguimos este principio, estemos condenado por vía sanitaria lo que no hacemos por vía penal”, adujo refiriéndose a la reinserción social de los presos y a la pena de muerte.

El profesor Cabasés se refirió a esta igualdad señalando sus consecuencias, las cuáles alcanzaron su culmen cuando “en 2011 se declaró la sanidad pública como un derecho del ser humano; pero lo que debe de haber en realidad es igualdad de oportunidades, no de situaciones”.
DSC_0842
Jugando con los argumentos del profesor Cabasés, Alfredo Martínez hizo reflexionar al público: “Pensad que la población no va a confesar sus conductas de riesgo si eso va a afectar a su bolsillo. Entonces tendría razón el doctor House, todos los pacientes mentirían”. Añadió, además, que en un país con nuestra cultura, no se puede tratar de aplicar las mismas medidas que funcionan en países con culturas diferentes, como puede ser el caso de Suecia. “De aplicar medidas de copago, cada céntimo o euro que ahorremos, lo perderemos en inversión en salud y estado de bienestar. Conseguimos por ejemplo que los accidentes de tráfico pasen de ser la primera causa de muerte a la segunda, pero la primera es ahora el suicidio; la inversión realizada en estos campos no consigue tan buenos resultados.”

Cabasés esgrimió sobre todo argumentos relacionados con su campo, por ejemplo al comparar nuestra economía con la francesa para hacer ver al público que “somos pobres y no tenemos presupuesto para invertir lo mismo que Francia, que invierte el 55% de su PIB en la sanidad pública, lo que ya es mayor que todo el PIB español.”

Martínez contraatacó asegurando que creía firmemente que la sanidad pública debe ser universal: “pero flaco favor hacemos a la sociedad cuando salimos a la palestra diciendo que ésta, además, debe ser gratuita: la pagamos con nuestros impuestos. Pero sigo creyendo que no podemos no atender a un paciente porque haya sido ‘malo’ en el pasado.”

Explicando que los individuos somos protectores de nuestra propia salud, Cabasés recordó que “también tendríamos que ser responsables financieros de ella. Por ello, creo que hay que facilitar que el individuo decida con libertad, pero debemos orientar el proceso. El gasto sanitario crece sin parar desde que la sanidad pública se declaró un bien universal al alcance de cualquiera”

En el turno de conclusiones, Alfredo Martínez dijo que “no sirve de excusa para no cambiar nuestros hábitos el que estemos genéticamente protegidos o determinados. Digo esto porque creo que o te regulas tú o vendrán a regularteComo ciudadanos, si llevamos a una situación límite el sistema sanitario, éste se deberá ver recortado.”

El catedrático de economía de la Salud de la UPNA quiso terminar dejando claro que “como país, económicamente no podemos llegar a todo, y por eso defiendo que hay enfermedades que no deben ser cubiertas sin un copago, u otras medidas”. Cada uno gestiona su vida, defendió Cabasés, “y si alguien quiere asumir riesgos, que pase por caja”.