El 8 de diciembre de 1966, al término de la primera Novena a la Inmaculada celebrada en la Universidad de Navarra, tuvo lugar la solemne bendición de la Ermita de Nuestra Señora del Amor Hermoso. Desde el momento en que san Josemaría quiso que fueran los estudiantes de este colegio mayor los encargados de transportar esta imagen hasta Pamplona, los colegiales de Belagua le hemos tenido una gran devoción. En el 50 aniversario de la «ermita del campus», queremos rendir un homenaje a nuestra Madre ofreciendo aquí la historia de esta talla y esta ermita, tan querida por miles de universitarios.
Mons. José María Escrivá de Balaguer y Albás, Presidente General del Opus Dei, fundador y primer gran canciller de la Universidad de Navarra, movido por su devoción a la santísima Virgen y por su cariño a la Universidad, regaló la imagen de Nuestra Señora Madre del Amor Hermoso, que desde el día 8 de diciembre de 1966 recibe en este lugar la veneración de profesores y alumnos, y de cuantos en ella trabajan.La imagen, que llegó a Pamplona el 22 de febrero de 1966, fue solemnemente bendecida por Su Santidad Paulo VI el día 21 de noviembre de 1965, con ocasión de la visita que el Santo Padre hizo al «Centro Internazionale per la Gioventu Lavoratrice» que el Opus Dei dirige en el barrio Tiburtino de Roma.
La imagen fue esculpida por el artista italiano Pasquale Sciancalepore. En la actualidad, la base de la Virgen, contiene una reliquia de san Josemaría que está expuesta para veneración de los fieles.
El primer día de diciembre de 1964, en el transcurso de una tertulia con colegiales de Belagua, san Josemaría les habló de una talla de la Virgen que se estaba preparando en Roma como regalo a la Universidad de Navarra «Para que Ella bendiga vuestros amores limpios y podáis confiarle vuestras alegrías y las preocupaciones que tengáis», les dijo. Además, les anunció que le daría mucha alegría que fueran los estudiantes de Belagua los que fueran a Roma a buscarla.
Desde ese momento comenzó la estrecha vinculación que desde este colegio mayor hemos tenido siempre con nuestra Madre del Amor Hermoso, y que se manifiesta en multitud de detalles de cariño filial que, colegial o individualmente, tenemos con Nuestra Señora.
No hubo que esperar hasta febrero de 1966 para poder verla ya que san Josemaría les invitó a que asistieran a la bendición de la imagen, por parte del beato Pablo VI, el 21 de noviembre de 1965. En la imagen que se muestra aquí, pueden verse a los colegiales de Belagua junto a la imagen de Nuestra Señora del Amor Hermoso en una fotografía que se tomaron al terminar la Misa y la Bendición de la talla.
Pamplona, fiesta de la Inmaculada Concepción, 8 de diciembre de 1964
Querido Padre:
Hemos estado muy cerca de usted en estos días de su estancia en Pamplona. Al principio todo era curiosidad por conocerle, que poco después se convirtió en unas ganas de oírle que apenas podíamos dominar. En muchas ocasiones, bajo el pretexto de mantener el orden con nuestros brazaletes rojos, le robamos más de un beso. En un primer momento, nos parecía una reacción particular de cada uno; sin embargo, después, hablando unos con otros, hemos podido comprobar que se trata de un sentimiento unánime de admiración y cariño hacia su persona y a lo que representa.
Comentando hace unos días en la mesa algunas de las cosas que nos dijo, recordamos con ilusión una idea que nos sugirió en la tertulia que tuvimos con usted el último día: ir a Roma para traernos la imagen de la Santísima Virgen, que usted con tanto cariño está preparando para la Universidad. Todavía resuenan en nuestros oídos las palabras que dijo respecto a esta imagen de la Virgen, Madre del Amor Hermoso, que estará presente en el ánimo de los estudiantes y será testigo de las andanzas, problemas y alegrías con que tropiecen a su paso por la Universidad.
Sería una de las mayores alegrías de nuestra vida poder ir a Roma para recoger de sus manos la imagen de la Virgen, poder estar con usted de nuevo –ahora que comprendemos bien lo que esto supone–, y como usted nos ha enseñado, hacer nuestra romería, ‘videre Petrum’.
Padre, le rogamos perdone nuestra audacia, pero queremos decirle que para los cincuenta residentes de Belagua que escribimos esta carta, el mejor regalo de Navidad sería su consentimiento para hacer este viaje, y que ya para el próximo mayo estuviera la Virgen con nosotros.
Con todo nuestro cariño le pedimos su bendición.
Roma, 17 de diciembre de 1964
Queridísimos:
He recibido vuestra cariñosa carta y me habéis conmovido al veros con ese amor firme, joven y alegre a María Santísima.
Me da mucha alegría también vuestro deseo de tener pronto la imagen que os prometí. Desde luego, vosotros la llevaréis a Pamplona y nuestra Madre del Cielo tendrá el orgullo de que seáis sus romeros. Pero, como ya os dije, todavía se tardará más o menos un año para que la escultura esté completamente preparada. Quedaos tranquilos, que se os avisará cuando llegue el momento oportuno.
Dentro de pocos días, sin embargo, os enviarán unas fotografías de esa imagen: podréis así comenzar a tenerle devoción y a encomendar tantas preocupaciones y deseos nobles. Yo también lo haré, pidiéndole por vosotros.
Os recuerdo todavía en medio de tantas personas, en vuestra tarea de “protegerme cariñosa y… fuertemente”. Lo hicisteis muy bien.
Un abrazo, y con los mejores deseos de que tengáis unas santas fiestas de Navidad y Año Nuevo, os bendice con vuestras familias,
Josemaría.
En octubre de 1964 llegó al Colegio Mayor Belagua procedente de Montevideo don Jaime Fuentes, hoy obispo de Minas (Uruguay), para comenzar la carrera de Periodismo. En 2011 publicó un libro de recuerdos sobre san Josemaría, sus años de universidad, su vocación al Opus Dei, y otras muchas vivencias. El libro lleva por título «Luchar por amor» (Ediciones Cobel) y, precisamente, ofrece un vivísimo testimonio sobre cómo se vivió en Belagua la llegada de Nuestra Señora del Amor Hermoso a la Universidad.
Vaya por delante el agradecimiento de todos los colegiales de Belagua a don Jaime Fuentes por dejarnos poner aquí estos recuerdos que, sin duda, ayudarán a que colegiales, estudiantes y todos quienes tienen devoción a esta imagen crezcan en amor a la Virgen.