El Miércoles 20 de septiembre tuvo lugar el solemne acto de apertura del curso 2023-2024. El acto, en el Aula Magna del Edificio Central de la Universidad de Navarra estuvo presidido por Rosalía Baena, vicerrectora de estudiantes.
Recogemos a continuación las palabras de Javier Arana, director general de Belagua.
«Estimada Vicerrectora de Alumnos de la Universidad de Navarra, Presidente y miembros del Patronato del Colegio Mayor Belagua, miembros de la Junta de Gobierno, queridos profesores, queridos becarios, colegiales. Representantes de otros Colegios Mayores que nos acompañáis. Amigos. Arranca un nuevo año académico en el Colegio Mayor Belagua. Echando una mirada atrás, es fácil imaginar a aquellos primeros colegiales que hace 61 años -en el lejano octubre de 1962- daban los primeros pasos de una institución llamada a marcar la vida de muchas personas con el paso de los años.
(breve paréntesis: me alegraba escuchar a un becario de Belagua en la tertulia de ayer, dando consejos a los colegiales de 1º, que él tenía la ilusión de que en el futuro sus hijos pudieran ser colegiales de Belagua; eso es dejar huella).
Más de seis décadas después de aquel inicio, nos toca recoger el testigo para que este sueño de San Josemaría siga siendo una realidad, siga marcando muchas vidas. Me viene a la cabeza un encuentro que el Fundador de nuestra Universidad mantuvo con un grupo de colegiales del Colegio Mayor Guadaira, en Sevilla. Con ese simpático acento andaluz, uno de los presentes le preguntaba: “Padre -así es como se dirigían a San Josemaría-, hablando en plata: ¿La Obra para qué quiere este Colegio Mayor?”; y la respuesta fue rotunda: “Para que seáis felices”. Una respuesta sencilla pero, al mismo tiempo, muy profunda.
“Para ser felices”. En este inicio de un nuevo curso quería invitaros a profundizar en las claves de la verdadera felicidad, tan anhelada por la humanidad a lo largo de los siglos. Y para ello, quería invitaros a ir de la mano de algunas personas a las que sus años en el Colegio Mayor han dejado una huella imborrable en esa búsqueda de una vida plena. No me cabe duda que seguir sus pasos puede ser un buen consejo para este curso que ahora comenzamos.
Una antigua becaria de uno de los Colegios Mayores aquí representados, muy bien situada profesionalmente y con una familia maravillosa, respondía a la pregunta que le hacían en una entrevista en una revista profesional del ámbito en el que trabajaba:
P.- Cite una idea o una iniciativa que haya impactado en su trayectoria vital.
R.- Vivir tres años en un Colegio Mayor. Esta experiencia cambió mi manera de entender y ver la vida y me enriqueció enormemente como persona. Es un lugar
donde uno empieza a entender la vida como un mirar a los demás y no a uno mismo.
El Colegio Mayor es un lugar :
-de amistad profunda y verdadera
-de escuela de virtudes humanas
-de crecimiento espiritual para el que lo desea.
Un antiguo Director de nuestro Colegio Mayor, ante la pregunta por las claves de la etapa como colegial, no dudaba en afirmar que es una etapa fundamental para “construir tu futuro como hombre -interrogándote sobre lo que has vivido de modo a veces no muy consciente- pero ahora siendo el protagonista y único responsable”.
Asumir el protagonismo, virtudes humanas, crecimiento espiritual, amistades, vivir para los demás… se pueden interpretar como algunos de esos “bienes de allá arriba” de los que nos habla San Pablo y que ponen el fundamento de una vida plena. Sin duda, una vida esforzada, pero plena.
Y me alegra comprobar que estos consejos que hemos escuchado de estas dos personas son los mismos que definían el trabajo de San Josemaría en el lejano
curso académico 34-35, cuando impulsó la Academia-Residencia DYA (claro precedente de los Colegios Mayores), en Madrid. Los historiadores de la época no dudan en afirmar que los pilares de aquel programa formativo eran el estudio (escuela de virtudes, como muchas veces lo definía), la apertura a los demás y facilitar el encuentro con Dios de todos los que lo desearan. Y todo esto se daba en un clima de familia, de confianza, de cariño mutuo.
Este breve resumen puede ser una buena respuesta a lo que planteábamos con anterioridad. ¿Dónde vamos a encontrar la felicidad? ¿Cuáles son los cimientos de una vida plena? Ahí tenemos algunas pistas.
Acercándome al final de la intervención, planteo una pregunta que nos podemos hacer todos los aquí presentes. ¿Cómo quiero ser dentro de unas décadas? Porque con 60-70-80 años seré lo que empiece a ser ahora; hay un que ponerse en camino. Siempre se ha dicho que los abuelos y las personas mayores son gente sabia que, con pocas palabras, sabe ofrecernos las claves de la vida. Podemos aprender mucho de ellos.
Don Francisco Ponz, tercer Rector de nuestra Universidad, falleció en 2020, a los 101 años. Con ocasión de su centenario, la revista Nuestro Tiempo le realizó una entrevista maravillosa, que recomiendo vivamente. Una persona alegre, con una vida absolutamente plena. Le preguntaban en aquella entrevista:
P.- Ha llegado a una edad respetable. Seguro que su respuesta a la pregunta que toda persona se hace también lo es. ¿Qué es para usted la felicidad?
R.- [Se ríe] Dar gracias. Dar gracias a Dios por tantas cosas. Cuando uno da sinceramente gracias, es feliz. Tras una vida feliz, una vida auténticamente universitaria, sustentada en aquellos pilares de los que hemos hablado con anterioridad, nos deja ese legado tan sugerente. La felicidad, después de toda una vida, está en dar gracias por lo recibido. Por ese motivo me gustaría finalizar la intervención agradeciendo…
A Manuel Tarrío por sus años de dedicación entusiasta a nuestro Colegio Mayor, tanto en Torre II como en Fase II y como Director General; a Antonio Rubio por su año al frente de Fase I y por todos sus años como Colegial y miembro de la Dirección de Belagua; a Gonzalo Aranguren que, tras 6 años como Director de Torre I nos ha dejado para asumir la Dirección del Colegio Mayor Ayete. Aprovecho también para dar la bienvenida a Jaime Avello que, a pesar de su juventud, seguro que liderará con éxito la aventura al frente de Torre I. Y no quería dejar de agradecer a Joao Teixeira y Nacho Laguía que, con su experiencia y dedicación, nos ha hecho muy fácil la llegada a los que este año nos incorporamos al equipo de Belagua.
Quiero dar las gracias también a todos esas personas que con su dedicación generosa y discreta (familias, benefactores, capellanes, las personas que nos atienden en el Colegio Mayor) nos permiten vivir los mejores años de nuestras vidas y asistir a un espectáculo diario de generosidad. ¡Todos ellos son auténticos maestros!
Me gustaría concluir agradeciendo al Prof. Piñero, siempre brillante y sugerente, por su tarea como Presidente de nuestro Patronato y porque las palabras que nos dirigirá -no me cabe duda- nos ayudarán a plantearnos una etapa universitaria que nos capacite para una vida feliz, para una vida plena. Muchas gracias.»
Javier Arana. Director General del Colegio Mayor Belagua.